viernes, 3 de octubre de 2014

DELIRIOS 4



Este es mi primer desliz. Una nueva entrega a subyacentes alaridos, gritos subterráneos de almas televisivas. ¿Otro delirio? Qué más puedo producir. ¿Preguntas? Claro que te pregunto ¿Me odias? Pero no te entiendo. Otra mañana con los parpados en los dedos de los pies, otro bastón, otra pitonisa. Ahora entiendo todo, ahora lo soy todo. A lo lejos de mi herida, un soul cantado a medio tono, una piedra lanzada a lo profundo de un espejo. Quizás, puede que sea. Hoy no lo sabré, mañana moriré, vibre para escucharle. En mi mano revienta, sangra, una mezcla bruta, sanguinolenta a de tus labios rojos, de mi sangre verde de mi espíritu invisible. Talento, aleatorio, talento aleatorio de esta sarta de basura. Le reventé la mirada en el escote de su ironía, me levante hilarante, iracundo, represivo y medio arrepentido mientras se deslizaba lascivamente sobre las dimensiones de mi memoria. Léxico aletargado, dineros desterrados, de una palabra antipática, esta mañana un aneurisma ajeno habré heredado.

Me he traicionado en medio de una disputa con mis yo, he vendido un cuerpo a clones meditabundos, a amateurs de mi locura y he resignado los ojos cóncavos de mi martirio al Yo perdido de mi ajedrez. Los escoceses no sonrojan, mas sus piernas aun resbalan, aun gimen sin erección y aun prometen amores a otros dioses. Aun se pierde, aun resigna, aun canta como de quien saltaran involuntarios adioses. Se despide, que muera, que designe ante mí los dones de su rencor. Un solo depositario de juguetes acartonados, de navidades apocalípticas. He de reconocer que no sé lo que hago, o que hago lo que se hacer. Ante mí, la descripción militante de una historia que un cojo canto, o que sonrió. ¿Hoy? (otra conversación conmigo mismo lector) Hoy es un delirio (Todos estos don delirios) Tal vez, bañarme en la aridez de su ombligo, o retratar su cancerígeno cariño. Perderme en esos dedos inhumanos, dolidos, etéreos. Mismo sistema, dolor adyacente.