viernes, 27 de febrero de 2015

SALVAR PARA DISFRUTAR



Estás frente al PC, entras a esa gran cantidad de páginas que te muestran las fotos exactas de lo que buscas.  Pasas días enteros leyendo sobre tu objetivo, y empiezas a entender cómo funciona cada tornillo y cada centímetro de metal. Te enamoras, te obsesionas. La búsqueda te hace volver a los más bajos instintos.  Lo buscas con desesperación y cada día piensas en vender uno de tus riñones para lograr comprar aquel objeto del deseo. Te enajenas de la vida misma, para lograrlo.

Al final, la búsqueda de un deportivo de tracción trasera, turbo, biplaza y de alguna marca con genes deportivos termina convirtiéndose en la búsqueda de algún clásico en estado lamentable pero que crees que con mucho esfuerzo podrás revivir, así termines viviendo en el asiento posterior. ¿Y después? Después el desespero, la terquedad y las ganas de tener unas llaves en tu bolsillo, te envían a la laboriosa tarea de aceptar que lo que debes buscar es algún Sedan aburrido y económico, preferiblemente de fabricación nacional. ¿Pero es todo así? ¿Es necesario que nuestro primer auto sea algún 626, color verde aburrido? No, simplemente me niego a que así sea.
No te rindas, la búsqueda y la paciencia siempre llevará a encontrar algún auto enfocado a la diversión tras el volante. Claro, no puedes esperar que mágicamente aparezca un AE86 en el parqueadero, pero si buscas con calma algún pequeño hothacht de los 90`s tal vez sea la opción (Lo digo en carne propia). Pero al final,  todo depende de lo que quieras, podrás encontrar un sin número de posibilidades que te permitirán no seguir el consejo de aquellos que solo consideran al auto como un medio de trasporte –Compra un carro nuevo, no dará problemas- ¿Nuevo? ¿ Es nuevo en realidad aquello que nos venden a 0Km? Ese será un tema a tratar más adelante. Mi consejo es sencillo, si quieres diversión al volante, si quieres un auto nuevo y no quieres terminar en el compacto anodino que maneja media ciudad, arriésgate, adopta a un pobre deportivo al que ya no le dan amor y disfruta, que a pesar de los dolores de cabeza que todo auto usado da, en este mundo todo pasado si es mejor.

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martes, 6 de enero de 2015

TOMBOLA


Le vi recorriendo el campo con el balón pegado a la pierna izquierda, una mirada agónica de miles esperaban que el recorrido se acortara segundos, que el pitido se demorara una eternidad, que la red retumbara con el coro de sus cantos, que las lágrimas rodaran solo al celebrar. El villano de negro, siempre el de negro, 3 veces suena, silencio.
Los pasos retumbaban escalas abajo, aún más profundo, los suspiros de resignación de 11 guerreros heridos por el orgullo, con el sudor como sangre y con las heridas marcadas en el uniforme, se escuchaban en toda la ciudad. Entre la gente, cada sensación se convertía en opinión y la necesidad de encontrar respuesta a una esperanza que siempre terminaba destruida se hacía propia de las calles.
Y aunque al final se olvida, aunque al final siempre vuelven esas pisadas, ahora escaleras arriba, con la mirada en alto y la esperanza renovada, dispuesta a luchar como cada domingo, a darlo todo en cada grito; no se puede olvidar aquel pitido o aquel sonido de golpear el travesaño. Los que bajan del inframundo a batallar de nuevo, como los inmortales que aun siendo derrotados renacen una nueva vez en busca de escuchar aquel grito de salvación. Ellos no pueden recordar, se preparan para dar la vida en esos minutos que a veces parecen más cortos que un latido y a veces más largos que la existencia misma.

Saltan, rezan, intentan mantener la calma. Cuando salen de aquel infinito túnel, han entrado a un nuevo mundo, a otra dimensión donde a vida tiene un propósito claro y todo es tan finito como la energía y la entrega. Están frente a frente a sus rivales, dándoles la mano a quienes tendrán el honor de enfrentar. Mirada al centro, respiración contenida, a pesar de que sobre ellos están millares, ellos están solos, destinados a continuar, a no desfallecer aun en las peores situaciones. Un pitido, la lucha por sobrevivir, por ser, por satisfacer a los que suben los escalones, empieza.