jueves, 28 de febrero de 2013

CARRETERA


HOY¡¡
 
MUERTE
 
Deberíamos concentrarnos en la realidad, en la velocidad que se genera al apretar el acelerar. Al sentir las ruedas buscar agarre mientras el humo se elevaba. Salir viendo las líneas de la carretera convertirse en una sicodélica mezcla de colores, buscando la locura al poner la trasera de lado y pasar curva a curva derrapando. El olor a caucho quemado y a aceita, un simple y destartalado BMW hace que la esperanza de la muerte se recree más a en este plano.
 

  La rapidez se acomodaba en mi cuello, cada vez que el motor zumbaba y se sentía que uno de los cilindros fallaba o los frenos al soltar humo blanco al bloquearse.  
En mi mente se unen poco a pocos sentimientos encontrados por la vida, la cacofonía del respirar, la mística mágica de masturbarse en la calle. Todo es la unión de mi demencia, de mi vida fuera de la cotidianidad social de los humanos. No vivo en esta realidad más que respiro y saludo a quien medianamente me interesa, no vivo en esta realidad más porque el futbol y los autos me gustan, no vivo en esta realidad más que para ver tetas en la calle.
Solo veo las luces blancas, y aunque dudo si es por el alcohol o son los leds de un Audi acercarse hacia mí a gran velocidad. Decido no frenar, odio frenar, esperar el choque, la mezcla crujiente de latas, sangre, tripas y viseras. He decidido en este instante que espero morir ya, ahora, hoy.

martes, 26 de febrero de 2013

SANGRE EN EL CABELLO DE MI SOLEDAD


No acostumbraba a escribir drogado, no tenía por costumbre leer borracho. No se dejaba consumir lentamente por la demencia, no cuando la tenía a ella. Cuando su pelo rojo se sentaba a su lado y se dedicaba a reír de las estupideces que producían la diarrea verbal, el gusto sexual y la atracción mental.

-Váyase para el árbol. Le decía ella, cuando los burlescos y medio estúpidos comentarios, que en realidad solo lograban causarle gracia a los dos, llegaban a sus oídos, sus lindos oídos.

-Pues me voy, parce. Me voy y la dejo sola, y se habla con el pasto, que la yerba le diga que es hermosa y que psidelo la consienta. Pero en realidad no tenía la intención de moverse un solo centímetro de aquel escalón donde se sentaban. Donde eran algo, donde eran todo, una amalgama de cosas, eran todo menos novios. Y eso, eso era lo mágico, la realidad impregnada de un leve olor a desenfreno.

Día a día, las horas amarillas, los pájaros subterráneos hacían eco en sus mentes. La necesidad de verse y no de besarse, de hablar, de dejar de sentirse solos en la mitad de una fría Bogotá, eso los mantenía juntos. El tiempo de los dos se hacía eterno y creaba en medio de esta, una realidad paralela. Ni el universo entero de Asimov podía compararse a las horas de debates estúpidos e inútiles, que iban del olor de los peces bajo el agua a la crítica constructiva de la gente fea.

Que puedo decir de ellos. Ni siquiera los conozco. Los observo alejado, alejado de la realidad en pro de esta mística científica. Ella soy yo y yo soy él. Somos todos una diáfana mezcla de sexo húmedo, una mezcla de tetas y penes pequeños. Qué más da.

-         Hoy hablaré sobre su pelo rojo, en primera persona para que me escuchen, en tercera para que lleguen alguna vez a creer en que soy un robot. Una máquina mágica de Krypton, creada por Jor`el hace 2000 años. Soy el Terminator que viene a escribir de ella. Soy lo que ella ha creado de mí. Soy la falta de alcohol y cafeína. Soy tú, y tú eres lo que quiero ser.

¿Por qué escribo sobre ella? Como diría Jodorowsky en un tweet, al responderle a uno de esos prepotentes escritores pubertos y de obsesiones estúpidas sobre porqué la repetición de los elefantes en sus películas: (si un tweet, esto es el siglo XXI, a la mierda los escritores clásicos, a la mierda esas deidades que no me hacen sentir bien; a la mierda todos aquellos que se creen superiores por leerlos hasta la saciedad. Por mí los mataría a todos. Dejaría a Murakami, a Coetzee y Bioy Casares, los haría esclavos de mi mente y de mi lucha contra la soledad) porque me gustan los elefantes y ya. si me gustaran los huevos fritos pondría huevos fritos.

Era ilógico, todo lo que la humanidad pudiera decir sobre ellos era ilógico. Pero me gusta pensar que se puede engañarlo todo. Para hacer frente a las veces que he sido engañado. Y es bueno saber, que cuando me dieron por muerto, yo fui encontrado y ahora ya no deambulo por estas calles. No soy el fantasma que tú querías que fuera                                                                                                                         
                                                            (Carry on – FUN.)       
                    
Como una canción rugosa, como un talibán sabor menta fresca o como un mojito que me esconde las mentiras. Ilógica desde las putas a Budapest y desde el sexo oral hasta la séptima con 19, las delicias que crea lo ilógico es lo que lo seduce de ella. No deja de perderse en su ropa intermitente, en sus besos sabor a lija fresca o en sus palabras aguadas, en su necesidad de que sea mejor y de que no deje de ser el borracho depresivo del cual se enamoró.
Y al final, o al medio; sí  al medio. Él la odia tanto como la quiere, la odia. La odia por hacerlo mejor, por alejarlo del alcohol y porque ella se ha convertido en el reemplazo de la lata de vino y de la copa de cerveza, o viceversa. La odia por necesitarla, por enviciarle de preocupación, porque quiere verla a diario.  La odia, la ama, la quiere y la odia. Bueno, no la odia. Se odia así mismo, odia lo que es, odia no ser mejor para ella, no ser mejor ya, en este mismo instante.

-Ayer me di cuenta de muchas cosas. Nuestra amistad de ahora en adelante tiene que ser lo más normal posible, nada de besos ni de cariñitos. Le dijo ella aquella vez, una de las tantas en que intento hacer que la realidad mundana y pobre de los humanos dictara sus curiosas vidas.

-¿Normal? Eso hemos intentado siempre. Has tenido un novio y una novia y siempre terminabas besándome antes de tomar el bus. Yo también me di cuenta de mucho. Descubrí que te necesito, que me gustas y que… mierda, me gustas y punto.
-No estoy para una relación ahora.

-No importa, pero no me quites los besos, me gustas los besos.

- Siempre que yo quiera, habrá besos.

-¿Siempre que tú quieras? ¿Y si los quiero yo?

-Fácil, te jodes y te vas para el árbol.

Y así fue que me olvide de mí
Tratando de hacerte feliz
Y en el intento me perdí

Y me dio miedo la distancia
En no ser bueno para ti
Y a un precipicio me tiré
(Suvenir – León Larregui)

Es la independencia de la soledad, la soledad convertida en la madre de los temores, la soledad dueña de la vida, de los deseos, los intentos, las masturbadas y los dolores. La soledad que todos debe combatir, su soledad, la soledad de ellos, la tuya y la mía. Es la soledad, es la independencia de la soledad, es la cacofonía del soledad pensad o entrad o alguna basura por el estilo.

No sé cómo terminará  Si el destino volara bajo su pelo sangre, o si estarán juntos. Y en realidad no me interesa. Me conformo con ver esta realidad, este mundo de marmotas inteligentes y de elefantes jodowroskianos, de Fútbol de ciudad y de autos propulsados por hormigas, de asesinos románticos y de poetas bastardos, este mundo es nuestra realidad, la realidad de quien escribe, y de quien lee.

 -¿Qué puedo decir de ella? ¿Que puedo decirte a ti? si no te puedo hablar; quisiera decirte mucho, quisiera que supieras que ya no eres mi sueño, que eres la realidad, loca, pero realidad.

-me gustas, pero sshhhh que nadie lo sepa.

- me gustas tú, y tú, y nadie más que tú. Pero por mí, díselo a todos.

Se miraron, se despidieron de un beso rápido en los labios porque así lo deseaba ella Él se montó en el bus y saboreo lentamente el ahora de sus esperanzas, el espectro de sus miedos. Recorrió en su memoria el aroma de cada vez que la había besado, suspiró para adentro, cerró los ojos y no la imaginó  la vivió en su mente. Lo que hizo ella poco importa, ella es casi perfecta, aunque esté loca. Lo que ella no supo, es que en el bolsillo de él, una nota que decía: gracias, gracias por ser la cura de mi soledad. Gracias por ser para mí, lo que no he sido capaz de ser. Gracias por tu pelo rojo y tu lengua inquieta, gracias por escuchar, gracias por estar viva todavía, gracias a lo que sea porque tus suicidios fueran infructuosos. Me has hecho tanto bien, que en el peor de los casos, me has salvado la vida. Una nota que no pudo ser entregada ese día.

Ese momento en el que sabes que no eres una triste historia. Estás vivo. Y ves las luces en los edificios y todo lo que te hace preguntarte y estás escuchando esa canción con la gente que más quieres... Y en ese momento juro... Somos infinitos.
Todos los grandes escritores usan traje.
Vi un árbol pero era un dragón, y después era un árbol de nuevo... y me mintió...
Hiciste que no me sintiera solo.
(Las ventajas de ser invisible – 2012)

-       Que grite tu nombre, cuando estás en el baño. Que intentes orinar en un baño público y grite (nombre del personaje)¡¡¡¡ Esas son las bobadas que me alejan de la psicosis, del trago, de la depresión, de la soledad. Tal vez ella es la forma en que encuentro seguridad. Tal vez ella es la única persona que me da respuestas en vez de generar más preguntas, solo sé que desde que estoy junto a ella, no veo más cosas. No me duele la cabeza, no he visto el balcón con los ojos de un romántico suicida, no me imagino cayendo por las laderas de Gotham escapando del maldito murciélago, no soy más The Joker. El traedor de caos. Solo soy yo.

lunes, 25 de febrero de 2013

DIALOGOS PARTE 1


Una obsesión delirante se mueve bajo la cortina de agua que el cielo me entrega. Unos pasos intermitentes viajan por el metro de Nueva York. Una mirada trastornada por la sangre trata de volver a su hogar en Budapest. Dos besos y un abrazo largo en alguna callejuela de BOGOTA. Una copa rota y 100 pesos se perdieron por el fernet en buenos aires. Una comida rara en medio de Copenhague. De eso se tratan los fragmentos que contare, aunque tal vez la locura haga que los hechos se mezcle, se muevan o copulen seres amorfos entre ellas. No es culpa mía, es una mezcla del vino tinto de parís y la absenta de Mendoza.
Es fácil perderse en los caminos de la ida, o en la mirada de la gente. Es fácil dejar que las esperanzas se vayan trotando atraves de las cataratas doradas de los baños públicos. En las mañanas siempre despierto en una mezcla viscosa y entrañable de dolor, alcohol y sangre.
-¿Recuerdas cuando mirábamos taciturnamente la luna en medio del desierto? Dijo ella viéndolo a los ojos y aguantando la respiración para no pronunciar una mala palabra.
-¿tu la mirabas? yo estaba perdido en los multiversos de tu mirada. Lo que el no quería aceptar es que entre la mezcla de marihuana y sexo desenfrenado, por unos momentos se dedicaba a mirar la luna y pensar en mas allá de lo que la vida de artista podría generar.
-¿Por qué mientes? Me mirabas las tetas, lo sabes.
-Jajaja ¿te has dado cuenta?
- Hacemos el amor a diario y aun así las deseas en la calle.
- Te deseo a ti, a tu cuerpo. Deseo la inspiración que me produce tu sexo húmedo, tanto como la espuma de la cerveza, tanto como el humo fresco de la yerba, Pero aun así, vivo deseando más que eso. Vivo tratando de masticar lentamente la vida a tu lado, siendo tú la locura que acompañada mi solitaria demencia.

domingo, 24 de febrero de 2013

LA CIUDAD DE LA FURIA.


-Necesitamos hablar, necesito hablarte. Necesito dejar de soñar contigo, dejar de obsesionar mis dolores con tu nombre. Necesito un nuevo cerebro y miles de nuevos traumas, necesito una esperanza, un millón de años luz de camino para olvidarte, necesito dejar de imaginar que la vida es un conjunto utópico de tus y de yos.
Cuando te vi, cuando decidí exorcizar mis recuerdos de la textura tersa de tu piel; en ese momento solo quise caminar, caminar por el mundo paralelo de mi cruel mente. Para evitar por tan solo un segundo, amanecer colgado de tu mirada.
“La ironía se mezcla con la desgracia en nuestro vals milenario, se envuelve en la ilógica confusión de párrafos sanguinolentos, se retuerce entre la basura de mis palabras y las deidades enamoradas de tu sonrisa”
-¿qué me robaste el corazón? ¿Que nuestros diálogos son la fantasía de tu falta de confianza? Cuando te miraba encontraba las palabras que la gente no siempre escucha de mí.  El otro Andrés mutaba en mi memoria, se volvía el kraken de la mentira y encontraba en sí mismo la realidad. Nunca has dejado de ser la mentira más cruel, el olor falso de los días de verano, nunca has creado el rojo fantasía que me dabas de cenar cuando hacíamos el amor, eres una farsa y lo sabes.
“BASTARDO QUIEN ME LEE Y NO PIENSA EN LA MIERDA QUE PUEDE GENERAR LA REALIDAD, BASTARDO QUIEN NO ME LEE DROGADO O EBRIO, BASTARDO QUIEN CREE QUE LA LÓGICA LE TRAERÁ LA CALMA”
-    ¿A dónde nos lleva todo esto?
-    A la ciudad de la furia. Respondió ella, sin dejar de pensar que los cambios repentinos de temáticas era tan normales, como que hacían el amor en la mita de una discusión. La penetración se intercalaba con los putasos y así era como a ella le gustaba.

sábado, 23 de febrero de 2013

Tu y tu pasado, yo y mis historias sin cerrar, tu y tu necesidad de un cuerpo sin preguntas, o la afirmación casi enferma por parte de ambos de ser un par de desconocidos mientras tanto.

ANDREA JULIANA ENCISO MANSILLA
AGUA

BASTARDA REVOLUCION

 En el tiempo de la muerte, la cama me llama. Que siempre el tiempo me miente y la mente no es lo que pienso que soy ¿que soy? Yo en este mundo inmundo, impuro y sin apuro, cambiando el auto cada día, sin pensar lo que me espera en la vía.
Ayer recorrí tu casa, como la masa del olvido que soy, que fui, que seré.  No erre, camine, mire y sentí cada paso que daba, la arena en mis pies se contaba de a diez, el juez en la esquina me miraba, juzgando.  Hay señores mayores con muchos dolores, los malditos doctores. Y yo aquí escribiendo para ti, la carta de los compositores mediocres, no llores, si autores anteriores murieron en las manos de este mismo jardín, purulento y asqueroso. Bañado en toda suerte de mentiras ¿No lo miras? ¿No respiras? Si me admiras, deliras o expiras, todo está aquí en mi alma condenada al destierro intergaláctico, a tres pasos de tu casa.
¿Fue por tu muerte? Pero aunque el sabio despierte, sé que es inocente, culpable yo y mi mente inerte. Que ella conteste, en su entripado estilo burlesco y juguetón, que deje la consola y salte del televisor, que responda ante todos ustedes, juzgado hipócrita, que ella aún sigue viva. Mis restos no están en ningún cementerio, porque aquí hablando de todo lo blando de mi alma, estoy.
Y ahora que todo termina. Que te tengo a ti, mi fémina, cada esquina me ilumina, me domina y me examina, me deja disfrutar de las hojas de tu cuerpo y de los dedos de tu espalda, de los labios carmesí o negro muerto cuando despierto. Cubierto del desierto me convierto en el experto de lo incierto y aun así, no dejo de ser un inexperto de la vida, soy quien olvida toda causa incomprendida, el revolucionario de la lata de gaseosa, del billete de dólar y la dama desnuda.

lunes, 4 de febrero de 2013

VIDA


Que validar lo que escribo perdido en tu mirada, de Valeria o valentina, quien sabe  si los nombres de las plantas de mis pies sean parecidos al de tus manos…
¿Quién conoce los motivos de mi obsesión? Quien si la demencia la controla el alcohol,  quien si cundo canto tu nombre aparece lentamente entre sangre. ¿Quién? Tú.
He descubierto que siempre escribo sobre ti, o sobre mí; o sobre la gente. Pero principalmente sobre ti, y aunque a veces termine desangrada contra una pared o en mis manos al ser atropellada por un viejo BMW, todo lo que escribo es más que eso. Es una declaración arribista que quiero matarte en mi memoria, que contigo la psicosis se vaya y tome rutas a destinos más allá de los inimaginables.