jueves, 29 de marzo de 2012

CORRER


Hay tardes donde el sol no se oculta completamente, hay días donde la oscuridad predomina a pesar de ser media tarde; recordar aquellos días, donde los pasos que este cuerpo daba se concentraban alrededor de aquella habitación. Los recuerdos de una pequeña mente perturbada se unían lenta y abstractamente; configurando una imagen espectral de aquel 14 de febrero…Ese día fue el fin, el  cataclismo que hizo sucumbir a esta alma; no era muy tarde y aun así, la oscuridad de aquel día mostraba que algo malo pasaría, los pasos retumbaban por las aceras. La multitud no volteaba a ver a aquel mal herido cuerpo, cubierto de la sangre que brotaba por su cuello… levantarse en ese estado de shock y falta de oxígeno, es una tarea tan peligrosa como inútil; tambaleando el cuerpo mientras se esquiva a la multitud, aguantando la respiración para intentando mitigar el dolor, la sangre seguía corriendo…El hospital más lejano que el destino pudo ubicar, y esta existencia que se ignoraba, sobre la sangre y el cuerpo moribundo pasaban doctores, pacientes, niños y otros heridos, nadie paraba ante aquella aterradora imagen, ni los gritos de ayuda, ninguna señal hacia que el mundo se detuviera, se compadeciera de la sangre que seguía corriendo…Con el pasar de los minutos, la resignación llego, el instinto de la muerte llego junto a la oscuridad de la noche, salir del hospital y recorrer los mismos pasos, ver la sangre que el mundo ignoraba y encontrar mi cuerpo en la misma esquina donde había estado hace muy poco tiempo, estaba muerto pero estaba aquí, de mi cuerpo la sangre seguía corriendo…

No hay comentarios:

Publicar un comentario