Si los recuerdos que hoy nombro, son palabras; sin las batallas que hoy lucho son mentiras… yo recordare el nombre de mi amada, en las calles de nuestra historia… no mentiré al cantarle al destino, no caeré, caminare mientras la sangre caiga de mis rodillas…
VIDAS EN LOS LIBROS RAIDOS DEL DESTINO
Ayer recordé tu nombre, tu mirada en el polvo que el viento levantaba, susurre al vacio las palabras de mi amada… y te vi, a lo lejos; reflejada en los ojos vacios e irreales de aquel ciervo muerto. La respiración prolongada, ya la calma no atrae y me canso de pensar en los motivos, los hallazgos de nuestras catatumbas mentales. Las paredes de mi espíritu se agrietaron.
TU SENSUALIDAD EN UNA COPA DE VINO
Llegaste castigando, rozando tu vestido carmesí por la puerta donde el mundo cambia de nombre, con tus ojos apuntando la yugular de mis sentidos, cual puñal… con el perfume habitual de tus pasos, de las piedras cuando caen de las montañas. De las cascadas que sensualmente bañan tu espalda desnuda.
¿Y SI AHOGAMOS MIS PALABRAS JUNTO A TU CUERO?
La tentación existe y existirá, en tus prendas aun húmedas después de una noche de sexo, o en el placentero momento de decirte adiós para siempre, siempre existirá la lujuria junto a otros cuerpos… y la privación que tu orgásmico mundo no me permite liberar
PUESTA DE SOL EN OSAKA
Aquella mañana mientras de la mano caminaba con la soledad, recordaba las palabras que me dijiste aquella noche nevada en la que te perdí, una imagen que te recordara por siempre, unas palabras que no olvidaría, y el testigo inerte del viento como cómplice… hoy años, días, segundos, minutos y eternidades mentales después, ya no te recuerdo; tal vez por el paso de los años, los males del mundo o porque simplemente te olvide…
CONTEMOS LOS “TU” EN MI HISTORIA
El fin de esta historia nunca comenzó contigo, con tu incestuosa entrada en mi vida, con tus azulados pómulos a la hora de caminar por la nieve. No¡¡ mi historia no esta condicionada por tu vida… nunca permitiré que pase así, que el obituario de tu tumba se convierta en mi lema, o que el perfume de los jazmines que sembré sobre tu tumba sean la última imagen de ti, en mi mente…
(y al final mi vida se reparte entre 5 “tu”, y aun así ya no recuerdo TU rostro)
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