martes, 27 de agosto de 2013

MOSTRAR


No era tarde y ya sobre las viejas ventanas el viento golpeaba de una forma mediocre, como quien no quiere dedicarse a sus labores y por obligación las cumple. roídas revistas intercalaban su existencia con sobras de comida que nunca cumplieron la función de digerirse y bajo su cuerpo los restos del vodka que aquella botella no pudo contener, se deslucían en un tango rojizo y liquido, que viajaban por las gritas del piso, cómplices de la sangre que escapa por voluntad propia.

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