Miedos, es casi
imposible nombrar cada uno; Sábato lo intento de una forma magistral con un
libro que le cede el nombre a esta nota, pero sin embargo para un escritor de
buses y calles, muchos de aquellos miedos son nuevos y recién descubiertos, no son
los miedos con los que empezamos a escribir, miedos como el público al que se
dirige y el nivel en el que se encuentra nuestra obra, así pues, nosotros como
nuestros jueces más severos terminamos cambiando nuestro estilo miles y miles
de veces por falta de seguridad a causa de dichos fantasmas, dejando de lado
muchas veces obras de una calidad inesperada.
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