En
“La migala” y en relación con “Tesis sobre el cuento” podemos fácilmente
establecer el texto como un cuento clásico en toda su estructura. La historia
nunca revela las dos historias que maneja y en una forma bastante interesante
deja un final totalmente abierto, creando dudas que el lector debe trabajar y
que complementan de forma directa el texto, alejándolo así de las relaciones
que podríamos hacer para vincularlo a otro estilo de cuento como los señalados
por Zabala.
La
estructura general del texto, su tamaña contenido y la omisión de detalles que
en el cuento clásico serian vitales para la diferenciación de cada una de las
dos diferentes historias, nos lleva a pensar en la teoría del iceberg de
Hemingway, y a pensar que Arreola supone que nosotros conocemos muchos de los
detalles que se omiten en el texto y que permiten que se desarrollen
exitosamente de la manera en que el escritor desea.
También
es interesante señalar puntos en relación al proceso creativo como tal en los
cuales pudo recalar el autor, como el lenguaje poético con el que el texto le
da el carácter personal e interior que se maneja en todo el cuento, muy
relacionado a su vez con “Filosofía de la composición” de Poe, que aunque
expresa sus ideas acerca de la poesía de una manera que puede considerarse algo
romántica para nuestros días, puede relacionarse de manera directa en las
actitudes personales que inspiran al escritor a la utilización de esas
técnicas.
Con
respecto a “La esposa perdida” y a “Un modelo para el estudio del cuento”, el
texto de Bashevis se enclava claramente en la categoría del cuento posmoderno,
teniendo muestras claras tanto del cuento moderno, como del clásico. El texto
nos muestra dos historias claramente diferenciadas, incluso anunciadas durante
el transcurso de su desarrollo. Tanto el personaje principal como los
secundarios, nunca llegan a ser contradictorios, siempre respetan sus carácter
y esto es algo que al igual que el manejo de las dos historias, no se ve
alterado en ninguna parte del cuento. De esta manera, el final es un final
cerrado, que no da lugar a mas conclusiones que las que el autor quiere señalar
y que al contrario del texto de Arreola o los cuentos de Chejov, se nos muestra
claramente todo el entorno del personaje y son muy pocos los detalles que el
escritor no trabaja en pro de lo que el lector puede suponer.
Pero
existes dos características que no nos dejan establecer el cuento como clásico
a pesar de contar con tantas características que lo podrían señalar de esta
forma. La primera son los conflictos emocionales del personaje, totalmente
afectado tanto mentalmente como en sus decisiones por su extrema timidez, lo
cual lo lleva tanto a monólogos dentro del segundo texto, como a juicios de
valor en los diálogos que se establecen en medio de la primer historia.
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